miércoles, 30 de julio de 2008

Historias enjauladas


Hace unos dias visitamos un campo de refugiados cercano a Birzeit, el pueblo en el que estamos instalados. Resulto ser uno de los mayores campos de refugiados que hay en Palestina actualmente. En 1948, cuando el estado de Israel fue creado e instalado en Palestina con el beneplacito de las Naciones Unidas, centenares de miles de personas tuvieron que dejar sus casas para dejar sitio a los nuevos ciudadanos de Israel, los llamados “colonos”. Mas de 5000 personas se desplazaron a este campo. Hoy en dia acoge a unas 15000.

Primero visitamos la escuela que reside en el. Ha sido una de las experiencias mas gratificantes y a la vez mas chocantes que hemos tenido hasta el momento. Desde el primer momento nos acogieron con los brazos abiertos. Nos dividimos en grupos y jugamos con los ninos y ninas que acuden a esa escuela. Corrimos, reimos, jugamos a la pelota, a pintarnos las caras… Ver la sonrisa de esos ninos, sabiendo que todavia no son realmente conscientes de lo que viven es una sensacion confusa. Fuimos para ellos la novedad de esa semana, incluso de ese mes.

Seguidamente visitamos el resto del campo. Era como visitar un pueblo. Realmente lo era. Algunos de sus habitantes llevaban ahi viviendo desde 1948. Nos encontramos una mujer que nos explico su historia. LLego al campo tras su apertura, tan solo era una nina. Ella y su madre tubieron que dejar sus casas, que fueron derruidas por la maquinaria israeli. No ha vuelto a salir de ese campo nunca mas. Tenia un hijo que fue asesinado cuando solo era un adolescente por el ejercito de Israel. Alli se ha convertido en uno de los muchos martires que son recordados. Todo el mundo conoce su historia. La mujer nos explica que no sabe de politica, tan solo quiere que los israelis se vayan de sus tierras, que les dejen en paz. Al preguntarle acerca de ellos, nos cuenta que cada noche se presentan en el campo. Traen listas con nombres de jovenes, los arrestan durante varios dias. Incluso han asesinado a muchos de ellos. Entendemos que la unica razon de esas incursiones es mostrar su autoridad, asustar a los refugiados. Obligarlos a marcharse por miedo a sus armas. Ni tan solo en los campos de refugiados los palestinos pueden estar tranquilos. Su unica opcion es, aun asi, seguir viviendo ahi. Son pobres, algunos de ellos muy viejos ya, algunos de ellos demasiado jovenes. Solo les queda la opcion de malvivir en esa jaula convertida en pueblo.

Cuando nos vamos del campo vemos la pequena sede de Naciones Unidas. Un edificio impoluto. A pocos metros, ninos que vagan por la calle y nos dicen adios. No podemos hacer nada por ellos, tan solo somos un grupo de internacionales que les ha visitado y les ha escuchado durante unas horas.

De ese edificio impasible debe venir la solucion que mejore sus vidas. Pero no es nada mas que un edificio reluciente que nada tiene que ver con ellos.

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